"Mi nombre es Jack Leroy Tueller. Estamos a dos semanas después del Día D, está oscuro, lloviendo, lodoso, y estoy estresado. Decido agarrar mi vieja trompeta y el comandante me dice: `Jack, no toques esta noche, todavía hay un francotirador en la zona´. Pensé para mis adentros que el francotirador alemán estaba asustado y solitario como yo. Entonces me dije: `Tocaré esta canción de amor: Lili Marleen.` La siguiente mañana vino un jeep que venía desde la playa y el policía militar dijo: `Hey, Capitán, hay algunos prisioneros alemanes listos para mandarles a Inglaterra, uno de ellos ha estado preguntando reiteradas veces en un mal inglés: Quién había tocado la trompeta la anterior noche?` Y él estalló en sollozos y dijo: `Cuando escuché aquella pieza que tocaste, recordé a mi novia en Alemania, a mi mamá y mi papá, a mis hermanos y hermanas, y simplemente no pude disparar.` Entonces él alargó su mano. Y estreché mi mano con el enemigo. Él no era enemigo; él estaba tan asustado y solitario como yo. El poder de la música"