El peor rehabilitador que he tenido sin lugar a dudas, nada involucrado, paseando por la sala, hablando con el móvil, con el compañero, no te pregunta ni cómo estás... a no ser que seas mujer, que entonces si te toca y te pregunta. Es una pena que una profesión de la que dependen millones de pacientes caiga en manos de un tipejo como este.