Creo que no existe mayor tragedia entre los deportistas cubanos que el sufrido por peloteros y boxeadores en cuanto a sus potenciales posibilidades de desarrollo y éxito en el mundo profesional, totalmente coartados por la intervención personal del dictador Fidel Castro, quien se apropió, arteramente, para los propósitos propagandísticos de su revolución, de la publicidad que ofrecen los triunfos en la arena deportiva internacional.(Alejandro Rios)