Gracias FALP, a sus profesionales de la salud por la entrega, el servicio y también el cariño hacia sus pacientes. No tengo cáncer, pero me siento aportando con un granito para los que sí sufren esta triste enfermedad preocupante, y a veces, mortal. Dios bendiga a FALP, iniciativas, sus nuevos proyectos de salud en pro de la prevención y mejoría de los enfermos que padecen esta enfermedad. BENDICIONES.