Hacia fines del siglo XIX, principios del siglo XX, Buenos Aires recibe a millones de inmigrantes europeos que vienen corridos por el hambre de la guerra. Nuestra sociedad, se nutre de sus diferentes culturas y se transforma. En este nuevo contexto social florecen el tango, el sainete y el filete; tres expresiones artísticas que reflejan íntimamente el sentir porteño. El filete nace en los carros, luego camiones, también colectivos, que decorados con pajaritos, flores, ornatos, cintas y frases circulaban a diario por nuestra ciudad, embelleciéndola y transmitiendo alegría. Su esencia tiene que ver con celebrar la prosperidad en el trabajo.
El filete porteño, como el tango, forman parte de nuestra identidad, son como la horma de nuestros zapatos, con los que bailando vamos sacando lustre y dibujando filetes con las vueltas de la vida.
4 авг 2024