Siii...y no sólo tienen los chinos una concepción extraña del español; también sucede con el inglés. Yo traduje al español un manual de una máquina china, que a su vez estaba traducido del chino al inglés. Fue toda una odisea, pues, entre otras cosas, la sintaxis era inexistente. Me tocaba ordenar las palabras dentro de cada frase, para formar oraciones medianamente coherentes y lograr entender qué querían decir, y así poder traducir.