La verdadera y la falsa virtud. - Santo Cura de Ars. 

En este sermón, el Santo Cura de Ars aborda la distinción entre la verdadera virtud y la falsa virtud. Destaca la importancia de cultivar virtudes auténticas basadas en un amor sincero a Dios y al prójimo, en contraposición a la apariencia de virtud que puede ser superficial y egoísta. Aquí hay algunas ideas clave que se pueden encontrar en este sermón:
La verdadera virtud proviene de un corazón sincero: El Santo Cura de Ars enfatiza que la verdadera virtud no es simplemente cumplir con reglas y normas, sino que emana de un corazón transformado por el amor a Dios. La auténtica virtud se manifiesta en las acciones que se realizan por amor y no por mera obligación.
La falsa virtud busca la aprobación de los demás: El sermón advierte sobre la trampa de buscar la aprobación y el elogio de los demás como motivación principal para actuar virtuosamente. Esta búsqueda de reconocimiento puede llevar a la hipocresía y a la falta de autenticidad en la vida espiritual.
La humildad como clave de la verdadera virtud: San Juan María Vianney subraya que la humildad es esencial para la virtud genuina. La humildad impulsa a las personas a reconocer sus limitaciones y a depender de la gracia divina en lugar de confiar en sus propias fuerzas.
El sacrificio y la caridad como ejemplos de virtud auténtica: El Santo Cura de Ars pone énfasis en la importancia del sacrificio personal y la caridad desinteresada como ejemplos de virtud genuina. Estos actos de amor reflejan el corazón de la fe cristiana y son manifestaciones concretas de la verdadera virtud.
En resumen, el sermón del Santo Cura de Ars sobre la verdadera y falsa virtud es una llamada a la autenticidad en la vida espiritual. San Juan María Vianney insta a sus oyentes a cultivar virtudes arraigadas en el amor a Dios y al prójimo, en lugar de buscar la apariencia de virtuosidad para obtener el reconocimiento de los demás. Su mensaje sigue siendo relevante hoy en día, ya que nos recuerda la importancia de vivir con integridad y humildad en nuestra búsqueda de la virtud cristiana.