Meditación para mejorar tu vista y tu visión 

Las investigaciones en neurociencia revelan que la meditación es una danza entre lo voluntario y lo involuntario.
Quien medita tiene una mayor satisfacción en su experiencia vital.
Gestiona de una mejor manera las emociones.
Controla la atención
Potencia la capacidad de auto- observarse.
Se reorganizan los mecanismos neuronales que relacionados con la idea del yo.
La postura es muy importante al meditar. Tu cerebro registra tu postura:
La postura marca nuestros mecanismos atencionales.
La espalda ha de estar recta, no rígida.
Los hombros deben estar sueltos. En las tradiciones antiguas los hombros se consideraban las alas del espíritu, en la neurociencia se ven como la coordinación entre el corazón y el cerebro.
Respirar y estirar el cuerpo antes de meditar ayuda a elevar la atención y a incrementar la memoria.
Al meditar estimulamos la corteza prefrontal.
Pasamos el 50% del tiempo en dialogo mental, lo que lleva a una insatisfacción de nuestra experiencia vital.
La meditación nos lleva a un mayor estado de presencia.
Hacer una tarea agradable que hacemos sin conciencia se percibe como menos agradable.
Una tarea ni agradable ni desagradable la percibimos como desagradables.
Una tarea desagradable en estado de NO presencia potencia nuestro desagrado.
Una mente divagante es una mente infeliz.
La meditación cambia la estructura del cerebro, la corteza prefrontal, la corteza cingulada, la ínsula, meditar es volver a casa, aprender a estar con nosotros mismos.