NADA EN TI YA ERES TÚ
A José Enrique Delmonte.
Santo Domingo,
vieja adolescente que maquilla el temor que ensombrece tu rostro.
Nada en ti ya eres tú,
ciudad oculta bajo tu propia sombra.
Metástasis de moles de metal y cemento perturban tus latidos.
Circulan por tus venas multitud de milagros de la industria y la ciencia
pero un reclamo urgente pretende la memoria
olvidada en tus calles.
Solo en vértigo incierto tus estampas desfilan
desordenadas, huecas
perturbando al presente
e ignorando al pasado.
He olvidado quien soy, quien eres, quienes somos.
He vivido creyendo en la eterna presencia de tus patios, tus calles;
las historias vividas, contadas, inventadas;
los olores, los ruidos, los secretos de nadie que todos conocían,
el tropel de vivencias, las sacras herejías
y un montón de señales que hoy nada significan.
Pero no…,
los otros que me esencian son tan solo fantasmas.
Debajo del cemento, del metal y el asfalto ya no están mis raíces.
He perdido mi espejo, mi humanidad, mi dios.
Libre de todo, ahora, no soy parte de nada,
ni siquiera del polvo que ha de volver al polvo.
Pero te sigo amando con terquedad de ola
que lame las orillas donde ya no hay arena,
aunque tú no eres ella
y yo soy otro yo.
Luis Carvajal.
27 окт 2024