Obispo Kin. Me alegra verlo. Yo asistía a la Iglesia de Monterrey cuando estaba por la estación del metro Cuauhtémoc y la última vez que lo vi a usted, fue cuando se iba a comprar el edificio de Famsa, y yo le regalé un libro. Ahora asisto a la Iglesia de San Nicolas y voy los sábados a la Iglesia de Monterrey al servicio de los casos imposibles. 14 años en la Iglesia y muchos periodos de desánimo, y por fin después de ver una predicación del Obispo Franklin, la semana pasada después de varios ataques de pánico, ya puse mis “apegos” en el altar y voy a hacer la Campaña por mi salud espiritual, mental y física, el Espíritu Santo. Dios lo bendiga Obispo, y gracias por las veces que me escuchó.
