Tengo 58 años y mi infancia era jugar con Madelman y soldaditos de plástico. Como vivo en una ciudad pequeña, a la juguetería llegaban pocos modelos de Madelman y , además, el dinero no sobraba, así que me contentaba con conseguirlo en mi cumpleaños y en Reyes. Acababan destrozados de tanto jugar.
Estoy orgulloso de mi infancia y gracias a mis padres que dieron a sus hijos lo mejor que podían darnos a pesar que muchos izquierdosos se empeñan que esto era cosa de los hijos de los niños pijos, Scalextric, Geyperman, Madelman, Ibertren y Big Jim.
