Conecté los auriculares al teléfono, me lo puse en el bolsillo de la campera, y salí al patio de mi casa. Garuaba ligeramente, pero entre las nubes se podían ver fugazmente a algunas estrellas, y también a la luna casi plena. Comencé a a trotar suavemente en círculos de no más de veintiseis pasos de largo, y por los casí treinta y seis minutos lo segui haciendo al son de esos sonidos maravillosos. Logré limpiar mi mente de todo pensamiento que no fuesen las lindas sensaciones que florecian a mi alrededor. Si hasta hubiese jurado que en éste valle en el que hábito, en la penumbra de la tarde me pareció ver el mar. Gracias bella mujer por tan hermosa obra de arte!