A los cartageneros nos la han montado con aquello de que sólo sabemos criticar y destruir, que nunca proponemos nada, que nos quedamos en el problema y jamás pasamos a la solución.
Queridos amigos oyentes, si alguna vez han sido víctimas de este tipo de estigmas, les pido que por favor no se amedrenten. No hagan caso a esa voz que les implora que se callen y se traguen la indignación. No se dejen domesticar por quienes creen que pueden gobernarnos como perros mansos o prados baldíos. Nosotros no somos esa clase de subyugados. No somos esa clase de silenciosas personas que guardan toda la vida un mutismo parecido a la estupidez y la alcahuetería. Nosotros mordemos con orgullo la mano que quiere pegarnos un parche en la boca.
Mi editorial de hoy: una oda a la crítica y la indignación ciudadana frente a la corrupción política en Cartagena.
1 окт 2024