Hay que quitarle solemnidad a la inexistencia del Otro 

La falta, Dios y el pecado son parte de fuentes muy similares. La noción de falta es la antigua noción de pecado. Curioso que uno de los significados de pecado, es omisión ( de la ley, en el Judaísmo, - de donde Freud toma su concepto de Ley) y, -errar el blanco - ( hamartia, en Griego koiné, acepción ésta más cercana al gnostisismo ) Desde este ángulo, la falta igual que el pecado es un ente, un " alguien" un "Otro " que nos condiciona en tanto, nos identificamos con ese Otro, con esa falta. Hasta podría decirse que ese " Otro " nos posee a tal grado que nos hace sentir que somos de hecho, la falta. De aquí, surge también antiguamente la noción de "pecado original ", similar a la falta que también es original o se anuda y encadena a ese significado primordial. En segundo lugar, La idea de Dios, en este sentido, pasaría de ser el misteryum tremendum,- Dios como lo Otro que causa pavor - (lo mismo que la falta que nos causa angustia de muerte) a ser la representación de lo sublime pero no en la sensación si no en la dimensión de lo lógico abstracto. Por último, lo Otro, en tanto dimensión creada por el lenguaje, crea la entidad de la falta, haciendo que aparezca ante nosotros, pero, bajo el análisis lógico no existiéndo realmente ,si no sólo para cada uno en tanto sienta que la falta existe, o sea, dándole un ser. Esto es el pecado.

Muy de acuerdo, un mínimo lazo con el Otro es hasta necesario para compartir ciertas coordenadas simbólicas. Que no exista implica que está barrado y, por ende, en falta.

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Quizá me apresure a inferirlo, pero entonces ¿Dios es el Otro por excelencia?

Tan cierto, me recuerda aquello que no existe pero no por ello deja de tener efectos reales

Que buen título! Muy interesante

Muy acertada tu reflexión!! Gracias por compartirla!! ¿En qué actividad, seminario o curso fue este momento? Gracias por tus videos!