🔵 Estamos en 1970. Una década recién descorchada, en la que Steve McQueen probablemente era una de las la estrellas de cine más célebres del planeta. Todo lo que había hecho hasta la fecha la estrella de Beech Grove, se convirtió en oro y esto, provocó que poco después se alzase como el actor de cine mejor pagado del panorama. McQueen se había convertido en el antihéroe por excelencia de la década de los 60, pasando de vivir en un entorno desastroso e inestable en Missouri, a ser una de las personas más famosas del planeta.
🔵 Ciertamente, siempre había estado ligado a la competición. Durante la década de los 60 había estado en la cabina de un Mini participando en el Campeonato Británico de Turismos, pero también además, se apasionaba por la velocidad sobre dos ruedas. Esto provocaría más tarde cierto conflicto, por cierto, que en nuestros días sería impensable. Bueno, McQueen estaba impaciente por extrapolar su pasión por las carreras al cine, y es entonces cuando comenzó a elucubrar sobre un guión deidcado a la Fórmula 1. Pero, el rodaje de The Sand Pebbles paralizó estas ambiciones y lo que sucedió entonces es que John Frankenheimer adelantó a la estrella por la derecha presentando el famoso largometraje titulado Grand Prix.
McQueen estaba en un punto que no encontraba su motivación, la fusión con su verdadera pasión, así que finalmente, de esta frustración surgiría la famosa película Le Mans 1971.
🔵 La idea inicial de McQueen no era solo guionizar el largometraje, si no participar de forma real en la carrera de 24 Horas. Sin embargo, al no poder obtener el seguro requerido para tales oficios, el de Indiana se quedó fuera. Así es como finalmente la productora no tuvo más remedio que colocar una cámara en un vehículo de la carrera.
8 ноя 2023