El Cura de Ars, San Juan María Vianney, recomendaba hacer penitencia por los pecados como un acto de justicia y amor hacia Dios. Para él, la penitencia era una forma de reparación por las ofensas cometidas contra Dios, no solo por amor a Dios, sino también por amor a los demás. Aquí algunos de los principales motivos por los que la consideraba fundamental:
Reparación y justicia: San Juan Vianney veía el pecado como una ofensa a la justicia de Dios, por lo que la penitencia era necesaria para restablecer el orden moral alterado. La penitencia ayudaba a reparar el daño espiritual que el pecado había causado.
Conversión del corazón: Hacer penitencia es una forma de arrepentirse sinceramente, de cambiar de vida, y demostrar que se desea abandonar el pecado. No solo se trataba de pedir perdón, sino de tomar acciones concretas para mejorar espiritualmente.
Imitación de Cristo: Jesús mismo sufrió y se sacrificó por los pecados de la humanidad, y el Cura de Ars enseñaba que los cristianos deben imitar a Cristo, aceptando con humildad el sufrimiento y ofreciendo actos de penitencia en unión con Él.
Purificación y fortaleza espiritual: La penitencia también servía como una manera de purificar el alma y fortalecer la voluntad. Al mortificar los sentidos y dominar los deseos, se adquiere mayor control sobre las pasiones y se crece en virtud.
Solidaridad con otros pecadores: San Juan María Vianney veía el valor de ofrecer sacrificios y penitencias no solo por los propios pecados, sino también por los de los demás, especialmente por los que no se arrepienten.
8 окт 2024
