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Excelente espejeo entre los dos autores y tu interpretación estupenda como siempre Juan Manuel. Me quedo recapacitando sobre la represión de la contratransferencia y su importancia en la práctica, sin duda se vuelve elemental para el resultado favorable del análisis. Carlos Sordo de Guadalajara Jalisco México Mil gracias Saludos
Excelente tratando este tema, muy ordenado y rescatando lo que importa del tema, el generar un elemento más en la clínica. El entenderlo como un elemento más es fundamental, al mismo tiempo que se puede volver perjudicial o incluso un elemento de alarma en el propio analista a trabajar en sus otras dos patas de la clínica. Excelente trabajo.
Hola Juan excelente video como siempre. Por mi parte no coincido totalmente con la visión inicial que tuvo Lacan de la transferencia/contratransferencia ya que está ligada casi en exclusivo al registro imaginario en esa época. Cuando desarrolla el sujeto supuesto saber vuelve un poco al consenso general sobre el tema que me parece más acertado. Esto lo entendí con más claridad leyendo el texto de Etchegoyen que recomendaste y me pareció una lectura muy linda sobre el tema.
Muchas gracias de nuevo, y decir que es genial que esto se diga en voz alta. No conocí en mi proceso un solo terapeuta o maestro que no fuera de alguna manera un violador. Yo en cuanto a terapeuta también claro lo soy, pues quien está libre de pecado. La cuestión no es estar barrado o no, que el que lo dude por Dios abandone la terapia o el análisis como labor, pero el poner sobre la mesa del analisis lo que brota como contratrasfererencia, pues este material es parte fundamental en el proceso, en el analisis, en el encuentro entre analista y analizante. Ahora bien, lo complejo es como hacerlo. En mi opinión, las cartas sobre la mesa. Si bien en una primera instancia privar de cierta información sobre mis delirios, estos deben ponerse a la vista gradualmente. Por supuesto esto no se ofrece como que el tiempo de la terapia no es el del analizante, pero si bien lo es más, y es por razones complejas que el terapeuta se lleva la lana, no lo es mucho más. Este es un espacio compartido. Un encuentro, que comienza como casi el de un padre y un hijo y termina en una charla animada entre hermanos o amigos del alma. Ya no será terapia de uno, pero terapia de ambos, o bien grupo de estudio, de consulta, de profundización.
